“ Cuando una ciudad se vive, el espacio fílmico, y toda la iconografía que se construye de ella, transciende, de forma inconsciente, a nuestra manera de verla. Ver una película en la que Roma es protagonista y aparece siempre como la acabamos de ver, produce algo parecido al síndrome de Stendhal, donde la fascinación por la belleza que otro nos ha mostrado va mas allá de los defectos que existen en la cotidianidad, un estado consecuencia de asimilar otra manera de “mirar las mismas cosas”. Empezamos a ver, entonces, en la materia, algo mas de lo que existe....” En su condición de medio de masas, el cine y las artes visuales han contribuido a prefigurar las imágenes que se tienen de ciertas ciudades y a modelar un imaginario colec...